Fallece el artista Fernando Botero, cuya trayectoria estuvo estrechamente ligada a Marlborough
Lamentamos profundamente el fallecimiento de Fernando Botero, el artista colombiano más universal, cuya trayectoria estuvo estrechamente ligada a Marlborough.
Desde 1972 Marlborough ha tenido el privilegio de dedicarle hasta 29 exposiciones individuales en sus distintas sedes, siendo la última en Madrid en 2019 con Recent Paintings.
Artista genial, polifacético y prolífico, expuso en los más destacados museos del mundo y su obra está presente en numerosas colecciones internacionales. Fernando Botero será recordado tanto por su característico estilo como por su encomiable contribución al desarrollo y expansión del mercado del arte contemporáneo latinoamericano.
Desde Marlborough trasladamos nuestras más sinceras condolencias a sus familiares y amigos.
BIO
Fernando Botero nació en Medellín (Colombia) en 1932. Tras formarse como torero, abandonó rápidamente la profesión y celebró su primera exposición en 1948. A principios de la década de 1950 viajó a Europa, donde estudió arte en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, exploró la obra de los maestros antiguos en el Louvre y examinó los frescos renacentistas italianos en Florencia. El artista se trasladó a Nueva York en 1960 y experimentó brevemente con el estilo gestual de la Escuela de Nueva York antes de perfeccionar la técnica volumétrica y muy estilizada por la que es conocido.
Botero menciona el Renacimiento italiano como la base de su inspiración, donde descubrió la “esencia plástica de la pintura” en obras de artistas como Piero della Francesca y Andrea Mantegna. El concepto de “valor táctil” de Bernard Berenson en relación con el volumen fue muy importante para el desarrollo de su icónico estilo, conocido como boterismo. La mayor parte de su carrera se ha desarrollado en Europa y Estados Unidos, pero gran parte de su obra mantiene una nostalgia onírica de Medellín. Su interés por las formas femeninas voluminosas también es deudor de la manifestación escultórica precolombina de San Agustín y de las enormes cabezas olmecas de Centroamérica, así como de la influencia de los muralistas mexicanos y de Rufino Tamayo. En última instancia, el boterismo refleja un mundo exuberante, lleno de abundancia y dolor, rebosante de humor y simbolismo personal y universal.
Fernando Botero expuso por primera vez en Marlborough en 1972 y desde entonces se han llevado a cabo casi treinta exposiciones individuales y colectivas en la galería. El MoMA PS1 presentó la serie Abu Ghraib de Botero en Theater of Operations: The Gulf Wars 1991-2011 en 2019. También destacan sus exposiciones individuales en el Bank Austria Kunstforum, Viena, Austria; en el Museo Pera, Estambul, Turquía; en el Museo de Bellas Artes, Budapest, Hungría; en el Museo Nacional de Arte Contemporáneo, Seúl, Corea del Sur; en la Casa das Artes de Vigo, Vigo, España; y en el Musée National des Beaux-Arts du Québec, Ciudad de Quebec, Quebec, entre otros.
Su obra se conserva en muchas instituciones destacadas de todo el mundo, como el Museo de Arte Moderno de Nueva York, EE.UU.; el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, EE.UU.; el Solomon R. Guggenheim Museum, EE.UU.; el Museo de Arte Moderno de Bogotá, Colombia; el Art Institute of Chicago, Illinois, EE.UU.; la Colección Fernando Botero, Fundación Banco Santander, Medellín, Colombia; el Hirshhorn Museum and Sculpture Garden, Smithsonian Institution, Washington, EE.UU.; el Museo d’Arte Moderna del Vaticano, Roma, Italia; el Museo Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia; el Museum Moderne Kunst, Ludwig Foundation, Viena, Austria; el Museum of Fine Arts, Boston, Massachusetts, EE.UU.; el New Orleans Museum of Art, Luisiana, EE.UU.; University of California, Berkeley, California; y The State Hermitage Museum, San Petersburgo, Rusia, entre otros.
Foto: Richard Leslie Schulman